Los hombres y las mujeres no somos iguales. Eso tiene sus ventajas, sin duda, pero también sus inconvenientes. Cuando estamos de acuerdo en algo, todo resulta sencillo. Pero cuando las opiniones son diferentes, ¿cómo resolvemos la discrepancia? Hay dos maneras. Los hombres son más analíticos y tratan de llegar a un acuerdo; el resultado es que se acaba haciendo lo que ellas quieren. Las mujeres son más prácticas, se saltan la parte analítica y directamente hacen lo que quieren. El resultado es el mismo, pero con esta segunda opción se gana tiempo.
Cosas de dos recoge el día a día de una pareja, situaciones cotidianas en las que los diferentes -opuestos- planteamientos de uno y otra dan lugar a situaciones cómicas. Cada capítulo recoge una historia: muchas son reales; otras, medio reales; y algunas, nada reales. «Lo único que tienen en común -explica el autor- es que cada vez que mi mujer leía un capítulo, me atizaba una colleja. Nunca he sabido el motivo concreto, pero no veas lo que me picaba el cuello...»