EL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL DE CASTILLA Y LEON

EL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL DE CASTILLA Y LEON

PROPUESTAS PARA UN ATLAS ETNOGRFICO

45,00 €
IVA incluido
En stock
Editorial:
JUNTA DE CASTILLA Y LEON
Año de edición:
Materia
Antropología General
ISBN:
978-84-00-10094-0
Páginas:
320
Encuadernación:
FOLIO - RUSTICA
Colección:
DE ACA Y DE ALLA

Este volumen pretende servir tanto a los propósitos de atlas etnográfico como de catálogo etnológico de Castilla y León. La convención de la Unesco para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de 2003 fue ratificada por el Estado español en 2006. Con posterioridad se elaboró un Plan Nacional de Patrimonio Cultural Inmaterial que aprobaría el Consejo de Patrimonio Histórico en 2011. Sin embargo, es mucho todavía lo que en el terreno práctico queda por hacer, tanto en el plano nacional como autonómico de nuestro país. Parece fundamental que tal patrimonio sea conocido y revalorizado en toda su dimensión, especialmente como factor privilegiado de cohesión interregional, estatal y europea, pues el planteamiento de la citada convención supone un giro antropológico en las políticas de patrimonio que incentiva y favorece aspectos a menudo desdeñados de las culturas, reconociendo el interés de las especificidades y la importancia de técnicas o saberes que pasaban casi desapercibidos por comunes y cotidianos.

Este volumen pretende servir tanto a los propósitos de atlas etnográfico como de catálogo etnológico de Castilla y León.
La convención de la Unesco para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de 2003 fue ratificada por el Estado español en 2006. Con posterioridad se elaboró un Plan Nacional de Patrimonio Cultural Inmaterial que aprobaría el Consejo de Patrimonio Histórico en 2011. Sin embargo, es mucho todavía lo que en el terreno práctico queda por hacer, tanto en el plano nacional como autonómico de nuestro país.
Parece fundamental que tal patrimonio sea conocido y revalorizado en toda su dimensión, especialmente como factor privilegiado de cohesión interregional, estatal y europea, pues el planteamiento de la citada convención supone un giro antropológico en las políticas de patrimonio que incentiva y favorece aspectos a menudo desdeñados de las culturas, reconociendo el interés de las especificidades y la importancia de técnicas o saberes que pasaban casi desapercibidos por comunes y cotidianos.