Vivimos una época caracterizada por el protagonismo de la estética personal. El afán por «mejorar» la imagen personal se ha convertido en un elemento primordial de la vida cotidiana, y en algunos casos alcanza, incluso, niveles patológicos. Pese a las críticas y a la mala prensa que a menudo acechan a algunos profesionales de la medicina estética, lo cierto es que esta rama de la ciencia supone una ayuda inestimable para miles y miles de personas cada año. Sin embargo, como en medicina nada es completamente inocuo, existen riesgos que conviene valorar antes de someterse a un tratamiento. Acudir a un centro de estética no es lo mismo que ir a la peluquería, una advertencia obvia que resulta menos evidente de lo que parece. Este libro tiene dos objetivos claros: mostrar los pros y contras de las diferentes técnicas estéticas -quirúrgicas o no-, explicando con detalle sus indicaciones y sus peligros, y denunciar las malas prácticas que en numerosos «garitos» ponen en juego la salud y a veces la vida de los pacientes.