«Una tarde, el monitor de natación la llamó después de la clase. -¿Qué te pasa, Malena? ¿No te gusta nadar? ¡Porque lo haces muy bien! -No, peso demasiado. -Eso es porque lo piensas. -¿Qué? -Somos lo que pensamos que somos. Para nadar bien, debes pensar que eres ligera. ¿Crees acaso que el pájaro o el pez piensan que pesan mucho? ¡Por supuesto que no! Así que si quieres ser ligera, piensa que lo eres. ¡Inténtalo y verás!»