MUSICA PARA CAMALEONES

MUSICA PARA CAMALEONES

12,90 €
IVA incluido
En stock
Editorial:
ANAGRAMA EDITORIAL
Año de edición:
Materia
Narrativa extranjera
ISBN:
978-84-339-1436-1
Páginas:
288
Encuadernación:
BOLSILLO
Colección:
COMPACTOS

Obra de madurez del genial escritor, el libro está dividido en tres partes: seis breves y espléndidos relatos conforman la primera; a continuación viene Ataúdes tallados a mano, una novela corta en la que Capote profundiza en el camino abierto con A sangre fría, y por último siete Conversaciones y retratos entre los que destacan la famosa y agridulce semblanza de Marilyn Monroe y el desgarrador autorretrato en el que el autor afirmó: Soy alcohólico. Soy drogadicto. Soy homosexual. Soy un genio.

Música para camaleones, un libro que Truman Capote presenta como una obra de literatura documental, bucea con implacable lucidez en la poesía y el horror de la vida; es el espléndido resultado de una necesidad de comunicación directa entre lector y materia narrativa, que Truman Capote buscó febrilmente para conseguir una escritura «sencilla y límpida como un arroyo de montaña». Una prosa en la que pudiera mantenerse al margen del tema tratado, sin influir con su estilo, juicios y opiniones. En palabras suyas: hacer del lector un observador o, mejor aún, el testigo de una experiencia verdadera que, contada bajo tal óptica, resultara mucho más subyugante que si el autor la interpretase al modo clásico. El libro está dividido en tres partes. En primer lugar, seis breves piezas iniciales de magistral concepción y ejecución. Luego, una novela corta, Ataúdes tallados a mano, lleva a sus últimas consecuencias el enfoque testimonial de A sangre fría y relata la espeluznante historia de Quinn, un psicópata solipsista que se dedica a asesinar macabramente a los jurados que en un juicio han votado en su contra. Finalmente, siete Conversaciones y retratos, entre los cuales destacan el magistral texto en el que Capote acompaña a una asistenta en «un día de trabajo» limpiando domicilios, la estremecedora entrevista a un maníaco asesino recluido en San Quintín, la agridulce y famosa semblanza de Marilyn Monroe y, desde luego, el desgarrador autorretrato del autor y su imaginario gemelo, en el que afirmó: «Soy alcohólico. Soy drogadicto. Soy homosexual. Soy un genio.»