Hasta su prematura muerte en el tardoverano de 2005, había publicado veintitrés libros en solitario y contribuido en muy diversas ediciones con otros autores, así como un sinnúmero de encuentros poéticos y revistas literarias. Participó asimismo en veintidós carpetas de obra gráfica y expuso su producción pictórica con asiduidad, tanto de forma individual como colectiva. Recibió numerosos homenajes póstumos, entre ellos el que organizó el Instituto San Isidoro de Sevilla poco después de su fallecimiento, los promovidos por el Ayuntamiento de Punta Umbría, localidad en la que una calle fue rotulada con su nombre y se publicó una edición especial de la revista literaria Volandas dedicada a él, y la exposición de obra gráfica y pictórica que tuvo lugar en el IES La Rábida de Huelva en la primavera de 2016.