No dejes que gobiernen tus lecturas, sino manda tú sobre ellas, ¿No es extraño que los hombres combatan tan a gusto por la religión y vivan tan a disgusto según sus preceptos? Cuerpo y alma, un caballo uncido junto a un buey. Os entrego este librito como un espejo para que os observéis vosotros mismos, no para que observéis a otros como con unos impertinentes.