Una mañana la madre de Billy entra en su cuarto apresuradamente, le pone un vestido rosa y le manda al colegio. A partir de ese momento le suceden cosas sorprendentes; todo ha cambiado para él por ir vestido así: Manu Matón le silba, sus amigos no le dejan jugar al fútbol. Billy no podía imaginar que todos, profesores y compañeros, tratasen de forma tan distinta a los niños y a las niñas, y esperasen cosas diferentes de unos y otras. Ante un nuevo encuentro con Manu Matón, su reacción será bien distinta: se enfretará con él y le dirá lo que piensa. Billy ha comprendido muchas cosas en su "día de niña".