En forma de parodia de un mal trabajo de literatura, Cómo suspender literatura pretende sacarle los colores al público que admira el traje nuevo del emperador. Desde el humor y la irreverencia, invita a reflexionar sobre todo aquello que tiene que ver con los libros y que, a veces, también está en los libros.Dos estudiantes de último curso de Filología, hartos de coleccionar fracasos y desesperanza, se inventan a un misterioso escritor al que le espera un éxito injustificadamente hiperbólico. A partir de este pequeño engaño de grandes consecuencias, los protagonistas sufren y disfrutan los prejuicios y los sinsentidos del ámbito literario y del académico.