Crónica del Caso Maristas pretende contar el escándalo que atrajo la atención pública desde el punto de vista de la investigación periodística. De este modo, se explicará lo que sucedió antes y después de que se publicaran las primeras noticias sobre el caso.Once profesores de las Escuelas Maristas fueron puestos en evidencia por abusos sexuales cometidos contra alumnos que estudiaban en los colegios de Sants-Les Corts y de la Inmaculada. ½Nadie estaba preparado para descubrir que Joaquim Benítez no era el único pederasta que había pasado por el colegio de Sants -Les Corts. Del mismo modo que seguir a una hormiga que carga con una miga de pan conduce hasta el hormiguero, seguir el rastro de los abusos sexuales del profesor de gimnasia condujo a ventilar los secretos que escondían varios de sus colegas. Benítez terminó por descubrirlos a todos. Había Caso Benítez. Pero era tan solo el primer capítulo del Caso Maristas. Por primera vez en Catalunya (y en España) parecían haberse puesto de acuerdo muchas personas para hablar –sin tapujos– de abusos sexuales y colegios religiosos, una asociación de dos conceptos tan infestada de rumores como huérfana de pruebas. Todas ellas sintieron que había llegado el momento de ajustar cuentas con los docentes que las habían humilladoáde críos. Tocaba escucharlas.+Guillem Sànchez
Esta novela pretende contar el escándalo que atrajo la atención pública desde el punto de vista de la investigación periodística, explicando lo que sucedió antes y después de que se publicaran las primeras noticias sobre el caso. Once profesores de las Escuelas Maristas fueron puestos en evidencia por abusos sexuales cometidos contra alumnos que estudiaban en los colegios de Sants-Les Corts y de la Inmaculada.«Nadie estaba preparado para descubrir que Joaquim Benítez no era el único pederasta que había pasado por el colegio de Sants -Les Corts. Del mismo modo que seguir a una hormiga que carga con una miga de pan conduce hasta el hormiguero, seguir el rastro de los abusos sexuales del profesor de gimnasia condujo a ventilar los secretos que escondían varios de sus colegas. Benítez terminó por descubrirlos a todos. Había Caso Benítez. Pero era tan solo el primer capítulo del Caso Maristas. Por primera vez en Catalunya (y en España) parecían haberse puesto de acuerdo muchas personas para hablar -sin tapujos-, de abusos sexuales y colegios religiosos, una asociación de dos conceptos tan infestada de rumores como huérfana de pruebas. Todas ellas sintieron que había llegado el momento de ajustar cuentas con los docentes que las habían humillado de críos. Tocaba escucharlas.»
Guillem Sànchez
