En Alemania más que en cualquier otro lugar el romanticismo representó una auténtica revolución intelectual que alcanzó prácticamente todos los dominios de la vida en sociedad. La medicina no fue una excepción. Muy al contrario, en los territorios de habla alemana experimentó una auténtica convulsión cuyo efecto se extenderá mucho más allá del período romántico propiamente dicho. Con la guía de la filosofía de Schelling los médicos comenzarán a pensar la medicina de manera radicalmente nueva, lo que les llevará a concebir grandes esperanzas sobre la posibilidad de crear por fin una ciencia del ser humano en los estados de salud y enfermedad digna de tal nombre y, en consecuencia, muy prometedora para afrontar la curación de las enfermedades del cuerpo y del espíritu. Durante los años del romanticismo muchos médicos sintieron que estaban colaborando al nacimiento de una nueva era en la que todo parecía posible. Los cuatro textos que componen esta obra dan cuenta de dicha revolución conceptual así como de los inicios de una "medicina del alma" capaz de concebir como enfermedades aquellas manifestaciones del sufrimiento humano que o bien se daban por incurables o bien se encomendaban exclusivamente a la pedagogía y a la religión. También se señala en qué medida muchas de las teorías románticas preludiaban descubrimientos que sólo más tarde llegarán a confirmarse.