Hay cuentos tan diferentes como los plumajes de los pájaros, las caras de las personas o las incontables hojas del higuerón. Pero el cuento de esta historia era una cosa parte: Énadie lo había leído jamás! Cada ez que los ojos de un lector se acercaban a la biblioteca, ocultaba su lomo, repitiendo: "soy un fantasma, nadie me ve", soy un fantasma.