A Justin Halpern le ha dejado su novia. Justin tiene veintinueve años y se encuentra viviendo en casa con su padre, Sam Halpern, un tipo «como Sócrates, pero despeinado y con peor carácter», de setenta y tres. Sam nunca se ha andado con medias tintas a la hora de dar su opinión, así que su hijo decide recopilar todas las ridiculeces que suelta
Robert Aickman, considerado por muchos uno de los más destacados escritores ingleses de literatura fantástica de la segunda mitad del siglo XX, siempre sostuvo que no escribía cuentos de terror, sino historias de lo extraño -así le gustaba definirlas-, hi