Berman traza una nítida línea entre los principios fundacionales de la gran superpotencia, los Estados Unidos, y su acelerada trayectoria descendente; demuestra con contundencia que el deseo expansionista estaba contenido desde sus orígenes en la visión de la incipiente nación como pueblo elegido, llamado a guiar al mundo entero hacia un estilo de vida superior: el suyo. Al mismo tiempo, Berman cuestiona la universalidad de la idea de progreso material, considerando que es siempre una respuesta al vacío inherente a la condición humana, que no hace sino ensancharse conforme trata de ser llenado con juguetes tecnológicos.
EL PENSAMIENTO DE MORRIS BERMAN HA SIDO DURANTE AÑOS COMO UNA ASTILLA ENCAJADA EN LA IMAGEN DE GRANDEZA Y AUTOCOMPLACENCIA QUE PROFESA LA MAYORÍA DE SUS COMPATRIOTAS ESTADOUNIDENSES. CON UNA VOZ PROPIA, AGUDA Y ORIGINAL, HA INDAGADO EN LA REALIDAD HISTÓRICA Y CULTURAL, ARROJANDO LUZ SOBRE FENÓMENOS INCÓMODOS QUE SUELEN PASAR INADVERTIDOS PARA LA MAYORÍA DE LA POBLACIÓN.