El poema filosófico De rerum natura, escrito hacia el año 50 a. C. por un romano llamado Tito Lucrecio Caro, es al mismo tiempo una de las obras más grandes de la antigüedad clásica y una de las más extrañas. Su grandeza poética parece haber sido reconocida de modo casi inmediato. El poeta Ovidio proclamó que ½los versos del sublime Lucrecio+ perdurarían mientras lo hiciese el mundo. Cicerón escribió que el poema era ½no sólo rico en brillante ingenio, sino artísticamente elevado+. Y Virgilio, aludiendo a Lucrecio en las Geórgicas, rindió cálido homenaje a un hombre que ½consiguió hallar las causas de las cosas y que ha pisoteado todos los temores+. El presente volumen reproduce la extraordinaria traducción de Eduard Valentí Fiol.
El poema filosófico De rerum natura, escrito
hacia el año 50 a. C. por un romano llamado
Tito Lucrecio Caro, es al mismo tiempo una de
las obras más grandes de la antigüedad clásica
y una de las más extrañas. Su grandeza poética
parece haber sido reconocida de modo casi
inmediato. El poeta Ovidio proclamó que «los
versos del sublime Lucrecio» perdurarían mientras
lo hiciese el mundo. Cicerón escribió que
el poema era «no sólo rico en brillante ingenio,
sino artísticamente elevado». Y Virgilio, aludiendo
a Lucrecio en las Geórgicas, rindió cálido
homenaje a un hombre que «consiguió hallar
las causas de las cosas y que ha pisoteado
todos los temores». El presente volumen reproduce
la extraordinaria traducción de Eduard
Valentí Fiol.