DEJA QUE EL MAR ENTRE

DEJA QUE EL MAR ENTRE

14,00 €
IVA incluido
Disponible entre 3-6 días
Editorial:
MUÑOZ MOYA
Año de edición:
Materia
Narrativa española e Iberoamericana
ISBN:
978-84-8010-302-2
Páginas:
118
Encuadernación:
Rústica
Colección:
SARRION
14,00 €
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Miro viejas fotoas. Estoy en Venecia, de viaje de estudios. Me había costado convencerla....van todos, sólo faltaría yo. Ese gasto extra, no previsto en el balance familiar, suponía unos pocos miles de liras, pero mi madre se lo tenía que pensar bien. As

Miro viejas fotos. Estoy en Venecia, de viaje de estudios. Me había costado convencerla van todos, sólo faltaría yo. Ese gasto extra, no previsto en el balance familiar, suponía unos pocos miles de liras, pero mi madre se lo tenía que pensar bien. Asistía al instituto gracias al empujón de finales de los años sesenta que estaba cambiando las connotaciones del mundo. Como muchos otros jóvenes que, de forma un poco abusiva, pasamos por la grieta abierta en el único orden de cosas conocido. Irrupción del mundo inferior sobre la escena principal.
Allí estaba yo también y por nada del mundo habría perdido la ocasión de esos días fuera de casa. Tenía que llevar el asunto a un terreno que sabía que me era favorable. Ese que recorren los pobres a los que no les basta una vida entera para ver el sol. La garantía de poder continuar el camino y cargar sobre sus hombros los fracasos de generaciones pasadas es la razón de tener tantos hijos. Pasaba esto también entre mi madre y yo: mensajes confusos, preguntas difíciles y calladas autorizaciones. Con la complicidad de humilladas esperanzas y nuevos osadías.
¡Al menos se podrá decir que en una familia llena de vénetos, alguno ha visto el campanario de San Marcos te lo contaré todo y después, con mi primer sueldo, iremos juntas!
Estaba convencida de que lo haríamos, y cada vez que he vuelto a ver esas fachadas reflejadas en los canales, una punzada me ha recordado que no había podido cumplir mi promesa. Una ocasión perdida para compartir tanta belleza. Un regalo que la vida no siempre concede.