A menudo se llevan a cabo experimentos de «ganancia de función» para desarrollar deliberadamente patógenos muy virulentos y fácilmente transmisibles con el propósito declarado de desarrollar vacunas preventivas contra virus animales antes de que salten a los humanos. Más insidiosa es la naturaleza de «doble uso» de esta investigación, dirigida específicamente al desarrollo de armas biológicas. El encubrimiento de Wuhan desvela cómo el aumento del gasto en bioseguridad por parte del gobierno estadounidense tras los atentados terroristas de 2001 puso en marcha un plan para transformar el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) bajo la dirección del Dr. Anthony Fauci, en una agencia de facto del Departamento de Defensa. Mientras el Dr. Fauci financiaba y dirigía con celo la investigación de ganancia de función, crecía la preocupación entre algunos científicos y funcionarios del gobierno por la posibilidad de una liberación accidental o deliberada de virus armamentísticos desde los laboratorios que pudiera desencadenar pandemias mundiales. Se impuso una moratoria sobre esta investigac