Historia de la Ciencia sin los trozos aburridos abarca todos los acontecimientos importantes, y algunos totalmente impensables, de todas las ramas de la ciencia. Olviden la ley de Boyle?Mariotte, las cadenas de polímeros, la respiración celular y los campos de fuerza. Aquí tienen todo aquello que realmente les interesa y que nunca aprendieron en las clases de ciencia del colegio. Y no es una hipótesis, es un hecho. Hecho: el estetoscopio debe su invención a que en 1816 un doctor estaba demasiado avergonzado para acercar la oreja al pecho de una mujer. Hecho: en 1954 un cirujano cosió la cabeza de un cachorro en el lomo de un pastor alemán. Hecho: desde que en 1992 cayeron millones de patitos de goma en un barco, estos han dado información valiosísima de cómo funcionan las corrientes oceánicas. Física: desde los experimentos que tienen que ver con las ondas expansivas, hasta el test que se hizo del efecto Doppler colocando una orquesta en un vagón de tren. Zoología: de los ratones al descubrimiento de una especie de golondrinas que hibernan en el fondo de lagos helados. Botánica: desde la miel de rhododendron que se supone que vuelve locos a los hombres, hasta el uso de jengibre como supositorio de equinos. Meteorología: desde la lluvia de sapos y peces, hasta el hombre que fue alcanzado por siete rayos. Astronomía: desde los filósofos griegos que creían que el Sol era un gran disco de metal, al astrónomo americano que creyó ver irrigaciones en Marte.
¿Cansado de la ley de Ohm? ¿Harto de la estadística? Hastiado del número de Avogadro? ¿La entropía le suena a entronque, las globulinas a globos pequeños? Entonces el lector necesita una dosis de La ciencia sin la parte aburrida.
Esta cronología de curiosidades científicas comprende multitud de teorías estrafalarias, experimentos inverosímiles, profesores chiflados, charlatanes cuestionables, bromistas traviesos, expertos engañados, y una serie inestimable de especulaciones absurdas y sin fundamento.
Lea todo acerca de: Los intentos de los soviéticos para crear un híbrido simio-humano... La convicción de sir John Herschel del valor nutritivo del serrín... La investigación de Darwin sobre la musicalidad de las lombrices de tierra... El distinguido médico inglés que se inyectó testículos de cobayas... El hombre que temía que la energía de las mareas podría atraer a la Luna peligrosamente cerca de la Tierra... El experimento que afirmaba demostrar que el alma pesa exactamente 21 gramos.
Éstos son sólo algunos de los pintorescos y asombrosos relatos que encontrará entre las páginas de La ciencia sin la parte aburrida, desde los más sublimes hasta los absolutamente ridículos, con especial énfasis en estos últimos.
