Como en el Teatro Houdin de Georges Méliès, o en los espectáculos de vodevil de Winsor McCay a comienzos del siglo XX, las artes escénicas están experimentando hoy una evolución hacia el espectáculo multimedia mediante la incorporación de imagen animada -o, dicho esto sin ironía, la animación reanima el teatro. Las artes escénicas también han sido motivo de fascinación para los animadores que acuden al teatro y a los géneros musicales como fuente de inspiración o crítica. Por añadidura, los principios teatrales de acting y puesta en escena son fundamentales en la narrativa animada de hoy y de siempre, pues donde hay un animador, sin duda encontraremos también a un actor. Nos sobran los motivos, pues, para brindar en este número de Con A de animación un homenaje al intercambio entre la imagen animada y las artes escénicas a las que tanto debe.