En la España de Carlos IV no existe un odio estamental declarado contra la nobleza, no acontece lo que sí sucede en Francia, una persecución a sangre y fuego. Por eso es posible cierta confraternización social, que era incluso secular. De otro lado, esta
En la España de Carlos IV no existe un odio estamental declarado contra la nobleza, no acontece lo que sí sucede en Francia, una persecución a sangre y fuego. Por eso es posible cierta confraternización social, que era incluso secular. De otro lado, esta