En La felicidad de los pececillos --donde se reúnen todas las crónicas que Simon Leys publicó entre 2005 y 2006 en Le Magazine Littéraire, además de otras más antiguas aparecidas en otras revistas--, el escritor belga practica el arte de la depuración: en la brevedad de su propuesta reside la fuerza. Tomando como punto de partida sus lecturas, Leys reflexiona y desarrolla temas que constituyen auténticas lecciones de inteligencia y clarividencia. Artistas de todos los tiempos (Joseph Conrad, Jean Paul Sartre, Marcel Proust, etc.) son convocados en sus páginas, dando forma a valiosas anécdotas que en ocasiones resultan más atractivas que muchos estudios históricos. La necesidad que el ser humano tiene de la literatura, el duro combate contra la pedantería, el elogio de la pereza, el síndrome de la página en blanco, la vulgaridad del éxito, la ley del tabaco, y los escritores y su relación con el dinero, son algunas de las crónicas que se incluyen en este delicioso volumen.
«Zhuang Zi y el maestro de lógica Hui Zi se paseaban por el puente del río Hao. Zhuang Zi observó: "¡Mira lo felices que son los pececillos que se agitan ágiles y libres!". Hui Zi objetó: "Si no eres un pez, ¿de dónde sacas que los peces son felices?". "Como tú no eres yo, ¿cómo puedes saber lo que yo sé de la felicidad de los peces?". "Te concedo que yo no soy tú y que, por tanto, no puedo saber lo que tú sabes. Pero como tú no eres pez, no puedes saber si los peces son felices". "Retomemos las cosas des-de un principio-replicó Zhuang Zi-. Cuando me has preguntado ?¿De dónde sacas que los peces son felices?', la forma misma de tu pregunta implicaba que sabías que yo lo sé. Pero ahora, si quieres saber de dónde lo sé, pues bien, lo sé desde lo alto del puente"». Simon Leys es una singular voz libre, empeñado en desenmascarar lugares comunes, distorsiones morales y ciegos apriorismos. Autor de una docena de libros, en especial sobre arte y cultura chinas, pero también sobre literatura, el mar y la navegación, escribe regularmente para diversas publicaciones, entre las que destacan La Quinzaine Littéraire y el New York Review of Books. Sus paseos literarios, sus reflexiones sobre el arte y sus crónicas de diversa y variopinta consideración que hoy presentamos en lengua española dan siempre cuenta de una afilada inteligencia y una no menos inextinguible curiosidad en las que, en palabras de J. -F. Revel, «la ciencia y la clarividencia se mezclan maravillosamente con la indignación y la sátira».