Se editan y se anotan en este libro dos comedias palaciegas de uno de esos literatos portugueses que escribían en castellano, António de Almeida. Tanto en La verdad escurecida (1651) como en El hermano fingido (1654) la acción se sitúa en un exótico entorno cortesano y en ambas se plantea un conflicto de doble nivel (amoroso y ético-político), desplegado en forma de intriga, con una dramaturgia sobria pero artificiosa. Las dos obras difieren, sin embargo, en su tonalidad y orientación: mientras que La verdad escurecida se caracteriza por el vigor y el patetismo de una acción donde la rivalidad amorosa mueve un conflicto de graves implicaciones morales y políticas, los delicados problemas éticos asociados a la anécdota de El hermano fingido no se imponen nunca como centro de atención para el espectador, consciente de que habrán de disiparse junto con las confusiones que separan temporalmente a las dos parejas de enamorados.
Se editan y se anotan en este libro dos comedias palaciegas de uno de esos literatos portugueses que escribían en castellano, António de Almeida. Tanto en La verdad escurecida (1651) como en El hermano fingido (1654) la acción se sitúa en un exótico entorno cortesano y en ambas se plantea un conflicto de doble nivel (amoroso y ético-político), desplegado en forma de intriga, con una dramaturgia sobria pero artificiosa. Las dos obras difieren, sin embargo, en su tonalidad y orientación: mientras que La verdad escurecida se caracteriza por el vigor y el patetismo de una acción donde la rivalidad amorosa mueve un conflicto de graves implicaciones morales y políticas, los delicados problemas éticos asociados a la anécdota de El hermano fingido no se imponen nunca como centro de atención para el espectador, consciente de que habrán de disiparse junto con las confusiones que separan temporalmente a las dos parejas de enamorados.