La Nueva Costa no está aquí, en nuestras playas y acantilados, sino que se extiende desde nuestros ojos hasta elfin del mundo, desde nuestros terrores hasta nuestras pasiones, aprovechando nuestra necesidad de entrelazarnos para generar nuevas criaturas, nuevos organismos que son capaces de comunicarse con nosotros usando nuestraspropias relaciones como lenguaje: esa suma de voluntades y colores, de apetencias y visiones.Mientras el creciente nivel del mar dibuja nuevas costas e inexplicables anomalías, Diana y Alejandro se sumergen en el océano a bordo de La Máquina con el objetivo de averiguar qué es lo que ha ocurridoen la estación de investigación Kappa. No sabemos si seguirán siendo Diana y Alejandro una vez sus cuerposse adapten a la presión o si las aguas de la Nueva Costa los transformará, convirtiéndolos a ellos y a suspasiones en nuevas, clandestinas y excitantes formas de vida.