Cuando se contempla desde la perspectiva de quienes sufren las consecuencias de los enfoques represivos de la seguridad pública, a menudo resulta difícil diferenciar a los agentes estatales de los delincuentes. El maltrato por parte de policías y soldados examinado en este libro refleja una nueva clase de estigmatización.La nueva guerra contra los pobres vincula las experiencias de los emigrantes laborales que cruzan las fronteras internacionales de Latinoamérica; los indígenas mexicanos que defienden sus territorios frente a los megaproyectos capitalistas, las guerras del narcotráfico y la violencia paramilitar; los afrobrasileños que viven en la periferia urbana de Salvador de Bahía, y los agricultores y empresarios cansados de pagar a mafias criminales a cambio de protección. John Gledhill examina cómo y por qué los gobiernos son incapaces de dar seguridad a los ciudadanos desfavorecidos al tiempo que con demasiada frecuencia los pintan como una amenaza para el resto de la sociedad simplemente por ser pobres.