Gabriela Wiener escribe sobre quién es y sobre lo que vive, y lo hace con un lenguaje y una sinceridad sorprendentes. En estos relatos autobiográficos cargados de ironía y humor nos invita a sumergirnos en el mundo y la mirada de una mujer que lucha contra sus demonios cotidianos. Aborda temas como la emigración, la maternidad, el miedo a la muerte, la soledad de los cuartos de hotel, la fealdad, los tríos, el misterioso número once, el alejamiento de los amigos... El día a día aparece como un todo complejo y rico dispuesto a revelarse de inmediato. 'No solo me meto en espacios o situaciones al fiel estilo del periodismo gonzo, sino que revelo mis temores, mis falencias, mis sesgos y limitaciones. No tengo miedo de parar el relato de lo que veo para hacerlo [...]. Creo que lo más honesto que puedo hacer literariamente es contar las cosas como las veo, sin artificios, sin disfraces, sin filtros, sin mentiras, con mis prejuicios, obsesiones y complejos, con las verdades en minúscula y por lo general sospechosas.'
¿Puede ser la ironía el mejor bisturí para abrir en canal la propia vida? ¿Quiénes son los auténticos herederos de Roberto Bolaño? ¿Cuáles son los límites del pudor? ¿En qué se parecen Corín Tellado e Isabel Allende? ¿Se puede vivir en vida la experiencia radical de la muerte? ¿Qué diablos será eso que llamamos «familia»? Son muchas y muy sorprendentes las preguntas que plantea la escritora Gabriela Wiener en este libro que no se parece a ningún otro. Un libro autobiográfico, político, sincero y radical donde se habla de tríos sexuales, de amigos lejanos, de literatura, de supersticiones numéricas, de una hija y un marido, de España y de Perú. Un libro que se adhiere a la piel del lector como un tatuaje, con ese eco insistente y abstracto de las llamadas perdidas.