Tal y como anda el mundo, la renuncia es hoy percibida socialmente como la peor y más despreciable de las derrotas. Desde ese punto de vista, el protagonista de esta novela es un perdedor en toda regla. Predestinado al éxito profesional y a la normalidad social, un acontecimiento inesperado (el abandono por parte de la mujer con la que convive) inaugurará una vía llena de despropósitos y dificultades que acabará por llevarle al borde del abismo. Pero no siempre el que cae termina dándose de bruces contra el suelo: a veces es precisamente en la caída donde uno se encuentra las claves de su supervivencia.