Juzgado por Clarín como el mejor escritor del idioma castellano y el mejor crinista contemporáneo, Juan Valera (narrador, ensayista, académico, político y diplomático) escribe Pepita Jiménez en 1874 cuando todo en España estaba movido y fuera de su asiento por una revolución radical, cuando más brava era la lucha entre los antiguos y los nuevos ideales. Tomando como pretexto el núcleo argumental de la narración (la historia de la seducción amorosa que ejerce una joven viuda sobre un aspirante a clérico), la novela se convirtió en blanco de críticas destempladas de los medios conservadores y en espejo de las ideas y sentimientos que agitaban la conciencia del país. Demetrio Estébanez Calderón ofrece en el prólogo los datos necesarios para situar en su contexto esta obra maestra de la novela española.