Este libro analiza el auge que la figura de Teresa de Jesús experimentó entre la conmemoración del tercer centenario de su muerte (1882) y su canonización (1922), décadas fecundas en acercamientos teresianos, en especial, los hagiográficos y canónicos, pero también relecturas desde planteamientos heterodoxos, a la luz, por ejemplo, de un credo muy difundido en la época: el espiritismo, vinculado con el anarquismo, el feminismo, la masonería y otras tendencias disidentes.