Inicia esta novela, publicada en 1920, una serie narrativa que E. F. Benson (1867-1940) dedicó a satirizar a la burguesía inglesa provinciana de principios del siglo XX. La protagonista, casada con un abogado que vive de rentas, es la reina indiscutida del pequeño pueblo en el que reside. Todo lo que se refiera al arte, la cultura y las novedades sociales llega al lugar a través de ella y se transmite a su pequeña corte de amistades según su propia interpretación. Sin embargo, en alguna ocasión otras personas se adelantan y tratan de arrebatarle protagonismo en estos ámbitos, cosa que trata de impedir por todos los medios. La obra, escrita en términos del más puro humor inglés, es una ingeniosa y amable caricatura de la remilgada cursilería de una sociedad ociosa, de cortos alcances intelectuales y muchas ganas de aparentar lo contrario. Los personajes están muy bien trazados de acuerdo con esta intención crítica, la ambientación es sumamente expresiva y el argumento refleja con realismo irónico la fascinación que las modas del momento ejercen sobre seres como Lucía, ávidos de estar siempre en vanguardia. Las enseñanzas de un falso gurú indio, las sesiones de espiritismo de una supuesta princesa rusa o las doctrinas de la Ciencia Cristiana resultan igualmente interesantes para unos seres crédulos, ignorantes y pretenciosos hasta lo ridículo. Aunque la sociedad reflejada quede ya muy lejana y el estilo resulte algo lento, la obra conserva íntegro el interés de su contenido de fondo y su calidad formal, técnica y estética.
Adorada por legiones de fans, inspiradora de una famosa serie de la BBC, «Reina Lucía» es la primera de la mítica serie de novelas de Mapp y Lucía, deliciosas sátiras sobre la pretenciosa y relamida burguesía rural británica. «Reina Lucía» nos presenta a la inimitable Emmeline Lucas (Lucía para los amigos), árbitro social y reina del pintoresco villorrio de Riseholme, que ve su trono peligrar con la aparición de Olga Braceley, una cantante de ópera sin escrúpulos. Para hacerle frente, contará con el apoyo de su fiel amigo, Georgie Pillson, un zangolotino de la mejor calaña, aficionado al cotilleo salvaje, al petit point y a las conversaciones en italiano macarrónico; o con su molesta vecina, Daisy Quantock, que revoluciona al pueblo entero cuando adquiere un «gurú» nativo de la India aficionado a las bebidas espirituosas de alta graduación, que introduce en la comarca la fiebre por el Yoga.
«Reina Lucía» es una novela deliciosa, ferozmente british, que incita a la risa desde la primera página con un humor que no tiene precio.