Venecia a finales del siglo XVIII, en su estadio terminal, entre la evasión de Casanova y la invasión de Bonaparte. Una fiesta perpetua en la que se consumen los últimos fuegos de un lujo cada vez más seductor, más venenoso. Alvise Lanzi, en su palacio, se ausenta en la biblioteca, mientras su esposa agoniza. Viudo de nuevo, por cuarta vez en treinta años, se desencadenan las sospechas. Una sucesión de enigmas macabros en una Venecia deslumbrante, festoneada por los cuadros de Longhi, Tiépolo y Guardi.