Tito pasa su primer año de instituto sumido en la monotonía. En su medido universo todo encaja a la perfección, hasta que la profesora de lengua encomienda a sus alumnos la redacción de un relato. Para mayor calamidad, paulatinamente se ve abordado en su espacio más íntimo por extraños personajes de los que no se puede zafar. Tan insólitos ellos y tan privativo lo que traen consigo, que ni siquiera echa mano de algún auxilio.
Todo parece desplomarse, sin embargo, a medida que entran en su vida, va reconociendo que quizás no sean tan perniciosos como creía. Tomando como pretexto de sus elucubraciones el relato que debe escribir, pronto se convierten en sus máximos valedores, y más allá de eso, le arrastran hacia un laberinto de espejos del cual no acierta a encontrar la salida. Traído hasta el límite de lo posible con lo improbable, revelará lo que se esconde bajo su equívoca identidad.