Los poetas, es decir aquellos que sienten poéticamente, no necesitan precisiones técnicas ni estructuras rígidas para extraer poesía independientemente del objeto que tengan delante. Las letras que Antonio Vega puso en sus canciones son poesía de alto calibre, la fuerza de sus versos, la originalidad de sus figuras, inimitables, y su proyección literaria, universal. A Antonio Vega siempre le acompañará la singularidad del autodidacta, pero Jacques Brel, Bob Dylan, Leonard Cohen, Rimbaud y Apollinaire, serán sus compañeros de viaje en enciclopedias futuras. Su legado es enorme y en Demipage te proponemos empezar a heredarlo con este homenaje a su obra más emblemática. En este libro. El circo Antes de que salga el sol La chica de ayer Brillo perdido Enganchado a una señal de bus Luz de cruce No puedo mirar Una décima de segundo Escala real Sentado al borde de ti Lucha de gigantes Desordenada habitación Esperando nada Tesoros Háblame a los ojos La última montaña Mis dos amigos Océano de sol Palabras Cierto como imaginar Hablando de ellos El sitio de mi recreo La hora del crepúsculo Ángel caído Agua de río Seda y hierro Pueblos blancos